martes, 29 de julio de 2014

CULTURA



CULTURA TRADICIONAL ESPIRITUAL DE PETEN


 Uno de los departamentos de mayor riqueza en tradiciones orales es El Peten, tanto por su proceso social, como por su composición étnica, pero, ante todo, por su aislamiento del resto de la República, durante un largo período histórico. De tal manera que en el departamento predominan tradiciones orales de ascendencia maya-itza' y mestizas, provenientes de otros lares de Guatemala y del Estado de Yucatán, México. Recientemente, por efectos del conflicto armado que asoló Guatemala, hay poblamientos q'eqchi'es y de otras etnias mayas del altiplano nacional, así como pobladores ladinos del oriente de Guatemala. Por lo tanto, la tradición oral petenera es compleja, amalgamada y original, debido precisamente, por ese prolongado aislamiento. La población más antigua está ubicada alrededor del Lago Petén Itza', y es en sus pueblos, aldeas y caseríos, en donde surge la tradición oral con mayor fuerza y arraigo en El Petén. Sin embargo, en el resto del departamento también existen formas tradicionales de oralidad, pero en forma fragmentada. Como todos los pueblos de Guatemala, en El Peten existen cuenteros y narradores de historias altamente especializados, que amalgaman todo su saber conjugando las influencias étnicas e históricas del departamento.
Los cuentos se narran en varias oportunidades: En "velorios", "acabos de novena" y otras actividades colectivas. Asimismo, se narran a la orilla del lago, en el parque de los pueblos como en San Andrés, San José y en aldeas como Ixlu. En las tórridas tardes peteneras, también se oyen historias en la puerta de las casas donde se reúnen los habitantes para mitigar el intenso calor.

LEYENDAS PETENERAS 

Entre las leyendas peteneras, sobresalen en primer término narraciones de aparecidos y ánimas en pena. De las más difundidas cabe mencionar a la Llorona "que se le aparece a los hombres enamorados", al Duende, que en el Petén es muy específico porque "es un alma en pena que se aparece a los niños que se dejan solos y que están sin bautizo; el Duende se los lleva a la montaña y entonces ya no aparecen", tal y como aseguran los habitantes del municipio de Santa Ana. El Cadejo, como "cuidador de bolos", camina y asusta en Melchor de Mencos, La Libertad, Sayaxché y otros municipios y caseríos. A su vez en San Benito, el Duende se aparece, en cambio, como un "hombrecito enamorado", pero en Poptún y San Luis es juguetón, y "molesta" tanto a hombres como a niños, no así a las mujeres. En Petén viven leyendas autóctonas, tales como la Ixtabay: A esta se le conoce como un "espanto" vinculado al Lago Petén Itzá, a los ríos, a la ceiba y a las montañas. Dicen en San Andrés, y en los campamentos chicleros Paso Caballos y Carmelitas, que se trata de una hermosa mujer, alta, vestida de blanco, que se aparece en los caminos "a los hombres trasnochadores y enamorados". La Ixtabay también "le sale a las mujeres "enamoradas y celosas" entre las aguadas y las veredas de selva y también en las aldeas perdidas a lo largo de los caminos entre Poptún y Dolores. Es una variante muy auténtica y particular de la Siguanaba de otras partes de Guatemala. El Boob Uitz o tigre del cerro Cajui, es otro "espíritu" petenero. Se trata de un ser sobrenatural surgido de un mito maya-itzá. Se manifiesta como un enorme tigre que vive en las montañas que rodean el Lago Petén Itzá. El Boob Uitz ahuyenta a la gente que trata de entrar al Cajui, a otros cerros y a las montañas, "sin su permiso", tal y como cuentan en Sayaxché y en los caseríos de San Andrés. El Boob Uitz cuando "se mueve fuerte da origen a los temblores de tierra, y cuando "llora", a la lluvia y a los huracanes, como cuentan en los campamentos chicleros de Vitrola, La Lucha y La Aguada, así como en los caseríos de las montañas del norte de Petén y en los villorios indígenas de la Sierra del Lacandón.

"LA PIEDRA DE LOS COMPADRES"

Asimismo, en las calles de San Benito, la Aldea El Remate, Santa Elena y en caseríos asentados alrededor del lago, se narra la leyenda de "La Piedra de los Compadres". Estos fueron dos compadres, un hombre y una mujer que cometieron infidelidad, porque se fueron a bañar al lago e "hicieron sus cositas"; Dios los castigó convirtiéndolos en piedra.
Cuentan en San Miguel que la Piedra de los Compadres, que está en el fondo del Lago Petén Itzá, tiene la forma de dos figuras humanas muy abrazadas. Los mayas itza'es del departamento llaman a esta piedra Cool, que significa unión, mundos entrelazados. Cuando baja el nivel de las aguas, los pobladores de la orilla del lago afirman que han visto a aquellos compadres convertidos en roca. Una de las consejas más arraigadas en Petén, es la del Caballo de Cortés que se escucha en todos los pueblos del lago como en San Miguel y Santa Elena. Se cuenta que cuando Hernán Cortés, en los tiempos de la Conquista de México y Guatemala, iba en su expedición hacia Honduras, pasó por los márgenes del lago Petén Itzá; como iba "muy cansado y agotado", "dejó recomendado su caballo a los Itza'es del Señorío del Rey Caneck". Cortés ya no regresó a México por esa ruta, y el caballo se quedó con los itza'es. Los indígenas se quedaron con el caballo, pero el animal se murió de tristeza porque los itza'es le daban flores y plumas preciosas de comer y no lo sacaban a pasear. Los indígenas con la pena de quedar mal con Cortés, construyeron uno de piedra, "igualito y del mismo color". Es así que el caballo quedó entre los itza'es que lo adoraron como deidad. Pero una vez que querían trasladarlo de la punta del Nij Tum cerca de San Andrés hacia la Isla de Flores, la balsa donde lo llevaban, dio vuelta y el caballo cayó al agua y quedó parado en el fondo del lago. Los lancheros del lago dicen que el caballo está todavía ahí, frente a Tayasal, o sea, enfrente la Isla de Flores, y puede ser visto en las mañanas claras. E incluso los lancheros de San Benito cuentan que han oído los relinchos del caballo en las noches del Día de San Juan. Se oyen sus pasos en el fondo del agua y los habitantes de la Aldea El Remate señalan que por las flores que le dieron al caballo, a la isla se le dio el nombre de Flores. En San José, se habla que la Ciudad de Tikal se llama "lugar de voces", porque un día, don Ambrosio Tut, viejo chiclero, camino a la aldea El Remate, se quedó dormido cerca de este pueblo camino a Tikal. Don Ambrosio oyó voces de gallos, dantos y culebras; tigres y leones que eran los espíritus de "los grandes brujos" que cuidaban las "viejas" ruinas. Todo ha desaparecido hoy con las excavaciones y los turistas, pero los habitantes del El Remate aseguran aun oír voces que provienen de Tikal en las noches claras. En los alrededores del lago se narra que en las noches de luna aparecen en la superficie grandes luces de gran tamaño que atraviesan las aguas, "son grandes como un farol" y "se desplazan a gran velocidad". Los moradores de San Benito dicen que es la Virgen del Lago que apareció en la Isleta de Santa Bárbara y que fue llevada a Flores en tiempos idos. Los habitantes de San Andrés dicen, sin embargo, que aquellas luces representan una gran serpiente alada que vive en el Lago. Los residentes de San Miguel señalan que es Quetzalcoatl, el pájaro serpiente, y que se llama Nojoch, en maya-itza'. Asimismo en los campamentos chicleros de El Espolón y la Unión, la Bacinica y el Palmar se cuenta de los Uits, Uites o Uid'ts que se aparecen en las noches: Son "indígenas malos y rebeldes" que bajan de las montañas en donde viven y vienen a saquear los campamentos y los pueblos del lago; "pero son espíritus", por lo que "solo se les mira y se les oye". No hacen nada. Otras formas de tradición oral se encuentran en el Petén, en especial alrededor del Lago Petén-Itza': romances antiguos que juegan los niños como la ronda "vamos a la vuelta del Toro toro Gil" o "la Huerfanita", "el Conde Olinos" y "las tres marillas que enamoran" de ancestro medieval.
En la región de San Luis se cantan los romances acompañados por una guitarra de doce cuerdas llamada Bordón, que recuerda al antiguo salterio árabe. Instrumento único en el país. En Poptún son comunes los cuentos maravillosos y los de nunca acabar, así como los de Pedro Urdemales, Tío Conejo y Tío Coyote. También en Melchor de Mencos existen coplas muy antiguas y versos como la espineta o décima muy arcaicas en su origen y también cantadas con la guitarra de doce cuerdas. La tradición oral del Petén es, pues, muy extensa, que se nutre con las nuevas corrientes migratorias contemporáneas.




 MÚSICA

 La música petenera es abundante y especial, ya que por su aislamiento han permanecido vigentes muchos ritmos musicales de tipo tradicional. Una de las expresiones musicales más importantes del Petén, son los ritmos que se interpretan en marimba, ya que con ella se expresa música propia para el baile y para las tradiciones regionales tanto religiosas como cívicas. Existen marimbas sencillas y marimbas dobles. La primera marimba llegó al Petén en 1910, cuando don Tomás Leal la llevó por vía pluvial y por tierra a la Ciudad de Flores. Las marimbas peteneras son muy peculiares, ya que interpretan ritmos como "la Polka", "el vals", y "la gallinita". Asimismo, "danzones", "mazurka" y "zapateados". El son tradicional guatemalteco se conoce como zapateado y hay una variante muy especial que es el schotis. Entre la música tradicional, las marimbas ejecutan ritmos como la Chatona, el Caballito, el Tata Vicente, Fiebre amarilla, la Gallinita, y el Comal, pieza que se utiliza siempre para concluir las alboradas peteneras. Una de las más genuinas tradiciones peteneras es el "contrapunteo con marimba": dos ancianos tocan una marimba sencilla, y en el transcurso de la ejecución van "lanzando coplas satíricas" populares al público, el cual también responde. Estos contrapunteos se dan en las fiestas patronales, generalmente en el atrio de la iglesia y en los parques de las poblaciones. Existen en El Petén, en casi todos los municipios, las bandas militares, que interpretan música propia para las conmemoraciones de la Semana Santa y para los actos cívicos. Las bandas han incorporado a su repertorio muchos sones tradicionales peteneros, tanto indígenas como mestizos. Las bandas peteneras constituyen conjuntos de los más antiguos de Guatemala, ya que hacia 1800 se tiene noticia que existía ya en Petén una banda militar. Existen también músicas de salón, en donde se interpretan ritmos bailables, acompañados por marimbas, marimbas orquestas y muy raramente por orquestinas. Una de las músicas populares de Petén más originales es la conocida como la música de los chicleros, que generalmente tocan violineta, guitarra y acordeón, con ritmos más o menos antiguos. Los chicleros utilizaban hasta hace poco tiempo, pequeñas marimbas de arco. Cantan coplas tradicionales y canciones como "Kolont'e o "el venadito", ritmos propios de la música petenera. Entre los instrumentos musicales propios de los conjuntos tradicionales, se hallan la tambora, el violín, el caracol marino o "totoes", así como la chirimía y el tambor. Existe también el "huehue" (armadillo), que es un raspador que produce sonido muy peculiar. Asimismo, La
Tigrera, que se utiliza en algunas danzas tradicionales de ascendencia lacandona, y que sirve para llamar al tigre. Es un instrumento rítmico específicamente. Todos estos instrumentos se utilizan para interpretar música propia en las fiestas tradicionales del Petén. A lo anterior hay que agregar los conjuntos musicales electrónicos, música de Disco, con influencia predominantemente norteamericana, caribeña y mexicana, que en gran medida afectan el desarrollo de la música tradicional petenera.



RELIGIÓN 

La religión del departamento es el cristianismo antiguo, de ascendencia católica en su mayoría, aunque existen rituales propios de las tradiciones mayas de corte animista. Destaca dentro de la religiosidad popular casos de nahualismo, de "gentes que se convierten en animal" y viceversa, y que se llaman Kitanes o coches de monte. Su presencia está más que todo en lugares como Dolores, Poptún, San Luis y Sayaxché. A estos brujos se les llama Aj-kines del mal. Celebraciones En cuanto a las celebraciones religiosas más importantes que se observan en Petén, están las de Semana Santa: Las procesiones más solemnes se realizan en las iglesias de Flores, Santa Elena y San Benito, los días Jueves y Viernes Santo, cuando la procesión de Jesús Nazareno recorre las calles de estos pueblos. Son muy peculiares los Oficios de Viernes Santo que se desarrollan en el interior de las iglesias de Petén. Las fiestas de Nochebuena guardan mucha tradicionalidad y alegría popular. Son comunes las posadas, los nacimientos, los "robos del Niño" y los "acabos de novena" del Niño Dios. Las celebraciones más importantes son las de los Santos Reyes, que coincide con el inicio de la fiesta titular de Flores del día 15 de enero que se celebra las fiestas de Cristo Negro. Las prácticas religiosas alrededor del Cristo Negro, son muy ricas. Este Cristo es una réplica de la imagen del Señor de Esquipulas de Chiquimula, y su festividad permite accionar las tradiciones populares del departamento, tales como las alboradas que constituyen el conjunto de personas de todas edades reunidas en el centro de la iglesia: Ahí bailan acompañados de marimba los zapateados. Asimismo, aparece la "chatona" que representa a una gigantona, y al caballito. Ese día se quema mucha pólvora y se consumen comidas autóctonas. También hay bailes tradicionales, "Las bajadas del Cristo Negro" son muy especiales, ya que después de bajar la imagen del altar sale en procesión. Otra práctica religiosa, es la procesión de la Santa Calavera que se realiza en el municipio de San José, a las orillas del Lago Petén Itzá, el 1 y 2 de noviembre, día de Todos los Santos y de los Difuntos. Este es un rito histórico-religioso, ya que los habitantes de San José se refieren a esta procesión "como una práctica de los antiguos". Se cuenta en San José que un cura, cuyo nombre se le olvidó, llevó ocho calaveras y las colocó en la iglesia de San José
"para cuidar el templo y fortalecer la fe de la iglesia católica". En la actualidad solo subsisten tres calaveras resguardadas en un escaparate o urna, de las cuales solo una calavera sale en procesión. El primero de noviembre, en horas de la mañana, la calavera es llevada en procesión después de la misa y visita cada una de las casas escogidas por el mayordomo de la fiesta. Esta ceremonia religiosa es única del municipio de San José y Guatemala. En Flores y otros pueblos del lago celebran una imitación de esta procesión, pero más se asemeja a la fiesta norteamericana de Halloween. La religiosidad popular de Petén está muy intrincada con las antiguas creencias mestizas, ubicadas alrededor del cristianismo popular asentado en el departamento desde los inicios de la colonización española a principios del siglo XVI.
YENIFFER RODRIGUEZ


       

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